Seguimiento epidemiológico mundial de Covid19, segundo avance



Se presenta una evaluación crítica de los datos de mortalidad oficialmente atribuida a Covid 19 a 19 de abril de 2020. La notable irregularidad y variabilidad en la evolución de los diferentes países y regiones geográficas invita a dirigir nuestra atención a los factores de terreno (ambientales, sanitarios, sociales, políticos) para explicar la naturaleza y causas de la actual crisis.

Nos hallamos en un momento histórico, ante todo un despliegue de cambios en el orden social mundial que afectan profundamente a las vidas de todas las personas y comunidades humanas del planeta. La gravedad de la situación ha motivado que un grupo creciente de personas elaboremos investigaciones propias y estrechemos colaboración en la indagación colectiva acerca de lo que está sucediendo, desde la que asistimos a una progresiva acumulación de evidencias que comprometen la credibilidad del relato e interpretación oficial de los hechos sobre los que se justifican las medidas que se están implementando y se proyectan implementar, a saber: que una cepa específica de coronavirus nueva y especialmente peligrosa se ha propagado a una velocidad asombrosa por casi todos los rincones del planeta, debido a la intensidad de los viajes y contactos del mundo globalizado. En este contexto de investigación independiente y colaborativa, lo que se comparte a continuación es el segundo avance de un seguimiento de mortalidad oficialmente atribuida a Covid19 por regiones geográficas.

Datos epidemiológicos mundiales a 19 de abril

Los datos del pasado 30 de marzo nos mostraban, contrariamente a la impresión generada por las cifras descontextualizadas de parámetros poblacionales y epidemiológicos emitidas a diario por los medios, que sólo los países de Europa occidental e Irán indicaban una posible mortalidad anómala por neumonía y complicaciones respiratorias. Tres semanas después, a pesar de las medidas de confinamiento las muertes atribuidas a Covid19 se han multiplicado y tanto EEUU como varios países de Europa central se han incorporado a la lista de países con mortalidad anómala. Todos los datos compartidos a continuación y en lo sucesivo se refieren al 19 de abril de 2020.

El exceso de mortalidad está localizado en el grupo de edad de mayores de 65 años, y la edad media de muerte atribuida a Covid19 supera los 80 años (enlaces 1, 2, 3 y 4). Las cifras acumuladas hasta el 19 de abril en las regiones donde se detecta este exceso de mortalidad son de 27,26 fallecimientos por 100.000 habitantes en el conjunto de Europa occidental, 5,97 en el conjunto de Europa central y Escandinavia, 6,13 en Irán, 11,91 en EEUU y, en menor medida, 3,97 en Canadá (tabla 1). Afortunadamente en el resto del mundo se sigue dentro de unos parámetros de mortalidad normales y equivalentes o menores a los de un año normal por gripe, neumonía o similar.

Es decir, que a pesar de que según la información oficial un virus altamente peligroso está presente en la inmensa mayoría de ciudades y países del mundo desde hace varias semanas, y a pesar de toda la alarma creada a nivel global, sólo en unos pocos lugares muy específicos (principalmente Europa Occidental y EEUU) encontramos una mortalidad oficialmente atribuida a dicho patógeno mayor de la que cabría esperar en un año normal por gripe o neumonía.

La mayoría de los países de Europa oriental, incluido Rusia, no alcanzan el umbral de 1 muerte atribuida a Covid19 por 100.000 habitantes. Y únicamente Estonia (2,91, algo elevado pero dentro de la normalidad) y Rumanía (2,15) sobrepasan el umbral de 2.

En toda África (con una población total de más de 1.200 millones de habitantes) el país con mayor mortalidad atribuida a Covid19 es Argelia con apenas 0,87 casos por 100.000 habitantes.

Dejando a un lado la excepción de Irán que estudiaremos, en toda Asia los únicos países que superan el umbral de 1 muerte atribuida por 100.000 habitantes son Turquía (2,31) e Israel (1,94), ambos no obstante dentro márgenes normales de mortalidad. Los países de Asia Oriental, supuestamente el foco original de la pandemia, en ningún caso alcanzan los 0,5 fallecimientos por 100.000 habitantes.

Dentro de los países continentales de Latinoamérica las cifras más elevadas las presentan Panamá (2,79), Ecuador (2,70), Brasil (1,11) y Perú (1,07). Entre la multitud de pequeños países insulares de las Antillas se da algún caso algo superior debido presumiblemente al sesgo de tamaño y concentración urbana de la muestra.

En Oceanía ningún país supera los 0,3 fallecimientos atribuidos a Covid19 por 100.000 habitantes.

Todo ello a pesar de que el Sars-cov2 ha sido oficialmente detectado y lleva varias semanas de evolución en la inmensa mayoría de los países.


Tabla 1. MORTALIDAD POR REGIONES GEOGRÁFICAS A 19-04-2020

ZONA
Mortalidad
Muertes oficialmente atribuidas a Covid19 /100.000 habitantes
Población
Nº total de habitantes
Tiempo de evolución desde el primer caso detectado
Países con mayor mortalidad*
A Europa occidental
27,68
291.093.409
85 días
Bélgica (47,42)
España (44,48)
Italia** (39,17)
B Europa central y Escandinavia
5,97
121.835.659
82 días
Suecia (15,14)
R. Checa (11,14)
Dinamarca (6,01)
C Europa oriental y Rusia
0,59
348.954.069
54 días
Estonia (2,90)
Rumanía (2,15)
Hungría (1,78)
D Oriente próximo y P. Arábiga ***
0,91
254.344.117
80 días
Turquía (2,30)
Israel (1,94)
Baréin (0,44)
D3 Irán
6,13
82.011.735
60 días

E Asia central
0,09
1.880.145.941
85 días
India (0,10)
Pakistán (0,09)
Afganistán (0,08)
F China
0,33
1.415.045.928
133 días

G1 Japón y Corea
0,22
203.960.439
101 días
Corea Sur (0,45)
Japón (0,17)
G2 Sudeste asiático
0,18
688.968.588
96 días
Filipinas (0,37)
Malasia (0,27)
Brunei (0,24)
H EEUU y Canadá
11,10
363.752.271
84 días
EEUU (11,91)
Canadá (3,97)
I1 Centroamérica y Caribe
0,72
221.593.431
51 días
Panamá (2,78)
Bahamas (2,25)
Martinica (2,15)
I2 Sudamérica
0,85
428.749.023
54 días
Ecuador (2,70)
Brasil (1,11)
Perú (1,07)
J Magreb
0,39
195.705.730
65 días
Argelia (0,87)
Marruecos (0,38)
Túnez (0,32)
K África subsahariana
0,03
1.091.311.415
51 días
Djibouti (0,21)
Liberia (0,14)
Camerún (0,09)
L Oceanía
0,11
42.549.170
84 días
Australia (0,28)
N. Zelanda (0,23)
*De entre los países con más de 300.000 habitantes
**No incluye San Marino
***Excluyendo Irán
Turquesa: Datos de mortalidad comparables a los de una temporada severa de gripe.
Malva: Datos comparables a la mortalidad de la peor temporada de gripe en España en 28 años.
Amarillo: Datos netamente superiores a los de cualquier temporada de gripe en España entre 1980 y 2008.
Cifras sin marcar: Mortalidad comparable o menor a la de gripe y neumonía en un año normal.


Referencia orientativa: Según un estudio del Centro Nacional de Epidemiología, la temporada de mayor mortalidad por gripe y neumonía en España fue la de 1980/1981 con 11,40 muertes por 100.000 habitantes, y el valor medio a lo largo de 28 temporadas estudiadas es de 2,68 muertes por 100.000 habitantes. Es importante de todos modos tener en cuenta que ambos datos proceden de estimaciones conservadoras de exceso de mortalidad que, al contrario que ocurre con las cifras oficiales de Covid19, permiten excluir casos de personas con enfermedades graves o la salud muy deteriorada que hubieran muerto en poco tiempo o en la misma temporada de todas formas, con infección gripal o no. Además, en la última década y con posterioridad a las temporadas reflejadas en el estudio citado, se está registrando un aumento claro en la incidencia y mortalidad por neumonía y complicaciones postgripales en todos los países templados del hemisferio norte.


Zonas estudiadas: A1 (Europa occidental continental), A2 (Islas Británicas), B1 (Europa central), B2 (Escandinavia), C1 (Europa oriental excepto Rusia y el Cáucaso), C2 (Rusia), C3 (Cáucaso), D1 (Oriente Próximo), D2 (Península Arábiga), D3 (Irán), E1 (Asia central templada), E2 (Asia central tropical), F1 (China), F2 (Mongolia), G1 (Japón y Corea), G2 (Sudeste asiático), H (EEUU y Canadá), I1 (Centroamérica continental), I2 (Sudamérica), I3 (Antillas e islas del Caribe), J (Magreb), K1 (África subsahariana septentrional), K2 (África subsahariana central y meridional), K3 (países insulares de África), L1 (Australia y Nueva Zelanda), L2 (resto de Oceanía).

Este sencillo estudio por regiones geográficas ha permitido, desde la primera toma completa de datos el pasado 30 de marzo, identificar una zona de excepcionalidad pandémica (zona A1), que presenta unas cifras tanto de incidencia como de mortalidad llamativamente superiores a las del resto del mundo. Ya en el primer avance comentaba que el sentido común nos lleva necesariamente, sea correcta o no la teoría oficial de la OMS sobre Covid19, a considerar los factores ambientales o de terreno que han podido incidir en un contraste tan significativo entre los escenarios de los diferentes países y regiones del mundo, compartiendo supuestamente todos la presencia, desde hace varias semanas, de un mismo y peligroso virus.

La mencionada zona de excepcionalidad pandémica o zona A1 abarca los 9 países de la Europa occidental continental situados al oeste y sur del Rin. A 19 de abril continúa la situación de excepcionalidad o singularidad pandémica en la región, con una mortalidad acumulada total de 33,89 defunciones oficialmente asociadas a Covid19 por cada 100.000 habitantes, muy lejos de la que observamos en cualquier otra parte del mundo. La India, con el mismo tiempo de evolución desde el primer caso detectado (85 días) y una densidad de población superior, presenta una mortalidad 330 veces menor.

Podemos observar en la tabla 2 que las 7 primeras posiciones en el ranking mundial de gravedad epidemiológica de Covid 19 (tomando la mortalidad atribuida por 100.000 habitantes como indicador básico y elemental) las ocupan países de la zona A1 (Andorra, Bélgica, España, Francia, Holanda, Italia  y Suiza). La novena posición del ranking de nuevo la ocupa un país de la zona A1, Luxemburgo. La única excepción relativa a este carácter de singularidad epidémica es Portugal, que presenta una mortalidad alta (6,67 casos por 100.000 habitantes) pero no tan extrema como la de sus vecinos. Los casos más notorios son Bélgica, Andorra, España, Italia y Francia, y en menor medida Holanda, cuantitativamente muy lejos del resto del mundo.


Tabla 2. Los 10 países con mayor mortalidad del mundo
 oficialmente atribuida a Covid 19, a 19 de abril de 2020

País
Muertes asociadas a Covid19
/ 100.000 habitantes
1.     Bélgica
47,42
2.     Andorra
45,48
3.     España
44,48
4.     Italia*
39,22
5.     Francia**
29,61
6.     Holanda
21,08
7.     Suiza
16,01
8.     Suecia
15,14
9.     Luxemburgo
12,20
10. EEUU
11,91
*Incluye San Marino y Vaticano
**Incluye Mónaco


Otras zonas que presentan niveles epidémicos de mortalidad –aunque mucho menos severa que en A1- son las islas británicas (zona A2), Europa central y Escandinavia (zona B), EEUU y Canadá (zona H), e Irán (zona D3). En Irán los niveles epidémicos son exclusivos de su gran capital, Teherán, y las zonas circundantes.

Contextualizar los datos

Covid19, tal y como la ha definido la OMS tanto por sus síntomas como por su supuesta única causa (una cepa específica de coronavirus), se sitúa teóricamente en el marco de enfermedades de tipo gripal e inflamaciones de las vías respiratorias. Existen dos aproximaciones científicas al estudio físico de este tipo de enfermedades: el primero, masivamente mayoritario tanto entre los científicos, médicos y terapeutas como en la sociedad en general, es que los síntomas del cuadro gripal y similares responden al ataque o colonización invasiva o bien de un microorganismo bacteriano o bien de un virus. El segundo los explica como parte de la fisiología inteligente del organismo en un proceso de restauración de su equilibrio orgánico. Tanto si es cierta una teoría como la otra, este tipo de enfermedades sólo deviene en complicaciones graves en casos de salud previamente muy debilitada, ya sea por avanzada edad, enfermedades crónicas o patologías previas severas.

También con independencia de qué teoría sea más acertada, se sabe que la incidencia de estas enfermedades y de las complicaciones en las que a veces derivan como la neumonía, tiene un carácter estacional, normalmente alcanzando niveles epidémicos únicamente en regiones templadas durante la temporada fría o invernal (de noviembre a abril en el hemisferio norte). De hecho el nombre de influenza deriva de la sencilla observación de la relación entre la influencia de los factores ambientales y climáticos (frío o los cambios bruscos de temperatura y humedad) y la incidencia de catarros, gripes y resfriados. Dado que el carácter estacional y climático de este tipo de enfermedades es muy bien conocido, por mucho que este fenómeno no quede satisfactoriamente explicado desde el paradigma dominante, el hecho de que se hayan decretado confinamientos de tipo muy severo en algunos países tropicales y ecuatoriales, y también en países del hemisferio sur durante la temporada cálida, en mi opinión es significativo de una situación política y de administración sanitaria muy anómala de alcance internacional, en la que necesariamente intervienen elementos que trascienden el ámbito científico y médico.

Por otra parte existen toda una serie de factores ambientales relacionados de forma más o menos conocida con la incidencia y mortalidad de este tipo de enfermedades, y en el caso de la presente crisis además es necesario tener presentes varios factores de complejidad como la iatrogenia, los efectos del pánico colectivo y, muy especialmente, la circunstancia de que debido a varias causas (ver más abajo temas 2 y 3 de la investigación en curso), es muy probable que se estén etiquetando como Covid19 cuadros clínicos que responden a patologías de distinto origen y naturaleza.

Veamos ahora qué factores ambientales comunes comparten todos los países y regiones con niveles epidémicos de mortalidad oficialmente atribuida a Covid19:

Clima: todos son países del hemisferio norte situados por encima del trópico de cáncer, dentro de la temporada habitual de incidencia de enfermedades de tipo gripal y neumonías. No encontramos ningún indicador de pandemia o mortalidad anómala en los datos de los países tropicales o ecuatoriales, y tampoco en ningún país del hemisferio sur (ver Nota 1).

Contaminación atmosférica: países y regiones con grandes ciudades y/o elevado porcentaje de población urbana. Los puntos calientes de la enfermedad son siempre zonas de baja calidad del aire. Lombardía y Madrid tienen la peor calidad del aire de Europa (mapa 1). Teherán, donde se concentran la gran mayoría de casos de Irán, tiene una de las atmósferas más contaminadas del mundo. Enlaces sobre contaminación atmosférica en puntos calientes de Covid19: 1, 2, 3.

Contaminación electromagnética: países con cobertura alta de móvil y despliegue temprano del 5G, con un campo electromagnético superior a los 30 Ghz, especialmente en las grandes ciudades y capitales donde suelen concentrarse la mayor parte de los casos graves oficialmente atribuidos a Covid19. He seleccionado aquí dos vídeos de la Doctora Ana María Oliva (enlaces 1 y 2) como fuente particularmente didáctica y rica en referencias que relacionan incidencia gripal y de afecciones respiratorias con contaminación elecromagnética, ya que entiendo que este es un tema poco conocido.  El segundo enlace, particularmente, contiene aportaciones científicas muy relevantes para explicar un nuevo síndrome hipóxico que se está atribuyendo a Covid 19 pero cuyos síntomas no se parecen a los de una neumonía viral (ver ANEXO).

Población envejecida y elevada incidencia de enfermedades crónicas: características típicas de los países usualmente denominados "desarrollados", muy urbanizados y con una renta per cápita alta o muy alta, que típicamente adolecen de envejecimiento de la población causado por una tasa de natalidad baja o muy baja, sólo parcialmente compensado por el fenómeno de la inmigración. Todos los países afectados por Covid19 hasta el punto de alterar su tasa normal de mortalidad cumplen estas condiciones, salvo Irán, que no obstante es el país más desarrollado y con la tasa de natalidad más baja de su región. Recordemos que la edad media de muerte por Covid19 supera los 80 años y que el 99% de los fallecidos presenta patologías graves previas.

Alta incidencia iatrogénica: La iatrogenia (patologías y daños causados por la actividad médica o farmacológica) es la tercera causa de muerte en EEUU y probablemente en la mayoría de los países desarrollados, típicamente dotados de una amplia cobertura e infraestructura sanitaria. Por desgracia es necesario tener en cuenta este factor debido a la acumulación de evidencias y testimonios de problemas iatrogénicos graves o muy graves en el contexto de la presente crisis. Este es un tema especialmente amplio y complejo que trataremos en otro post. Provisionalmente y por dejar alguna referencia sobre el asunto enlazo aquí los vídeos virales del DR. Cameron Kyle-Sidell de la Unidad de Cuidados Intensivos de Nueva York, y el Dr. Rashid Buttar de Carolina del Norte, con pacientes de 96 países y considerado por muchos como uno de los mejores médicos en tratamientos especializados de enfermedades crónicas.

Incremento de la incidencia de gripe, neumonías y complicaciones postgripales a lo largo de los últimos diez años: coyuntura común en la última década a todos los países templados del hemisferio norte, que ha sido relacionada por diferentes investigadores con todos los factores anteriores. En el norte de Italia, junto con Madrid uno de los dos "puntos calientes" más graves de la pandemia, ya en 2018 se alertaba de un gran incremento en la incidencia de neumonías.

Amplio alcance y cobertura de los grandes medios de comunicación: Lo encontramos también en todos los países y regiones "desarrollados". En este caso en mi opinión es evidente que la forma intensiva, sensacionalista y descontextualizada con la que se han bombardeado cifras de muertes a la población (entre otras malas praxis informativas) ha inducido el pánico general, lo que de forma inevitable tiene un profundo impacto noesiopático (efecto nocebo) sobre el sistema inmune y la salud general de las personas. Otro efecto del pánico masivo es la saturación de hospitales y centros médicos, que puede hacer elevar críticamente su disfuncionalidad.

Todos estos factores pueden contribuir razonablemente a la distribución de mortalidad que observamos en la tabla 1, y ninguno de ellos depende de si es cierta o no la teoría oficial sobre Covid19 por lo que, creamos o no en la versión de los hechos que nos transmiten la OMS y nuestros gobiernos, y constatadas las colosales diferencias de mortalidad entre unos países y otros a pesar de que el mismo y supuesto agente patógeno está presente en todos ellos, los datos nos invitan al ejercicio de responsabilidad de investigar en estos y otros aspectos que quedan fuera del relato mediático. Con todo, probablemente ninguno de los factores mencionados hasta ahora, ni siquiera todos ellos en conjunto, podrán por sí solos darnos todas las respuestas. Especialmente la enorme brecha existente entre Europa occidental y los países templados de Asia Oriental. Japón y Corea, por ejemplo, puntúan ambos muy alto en todos los factores mencionados, tienen una densidad de población superior a la de la mayoría de los países europeos (sólo superados en este aspecto por Holanda) y han recorrido un mayor tiempo de evolución desde el primer caso detectado, y aún así, y sin haber decretado confinamiento domiciliario obligatorio, presentan una mortalidad 125 veces menor a la de Europa Occidental.

Se ha argumentado que el éxito de Corea del Sur se debe a una temprana aplicación masiva de tests que permitió confinar sólo a las personas que habían dado positivo. No obstante Japón, sin tomar esta medida y también sin confinamiento de ningún tipo, tiene una mortalidad casi 3 veces menor a la de su vecina Corea, y 260 veces menor a la de España.

También son complicadas de explicar las notables diferencias entre las tres áreas de Europa definidas en el estudio: Europa Oriental tiene una mortalidad 10 veces menor que Europa Central y 60 veces menor que la de Europa Occidental. La mortalidad de España es 200 veces mayor a la de Rusia.

Por otra parte también hay datos que sugieren que los mencionados factores ambientales comunes en las zonas de mortalidad pandémica son más que una mera coincidencia, ya que las regiones templadas del hemisferio norte que menos puntúan en todos los demás factores son también las que menos mortalidad tienen: Asia Central templada (Kazajstán, Pakistán, Uzbekistán...) -zona E1- con una mortalidad 520 veces menor a la de Europa occidental, y Mongolia -zona F2- sin mortalidad atribuida a Covid19 (aunque sí con casos detectados).

Mapa 1: contaminación atmosférica por indicador NO2. Fuente: Telepolis.


 Investigación en curso

Ahora bien, ¿qué significan realmente todas estas cifras? ¿qué realidad hay detrás de esas "muertes oficialmente atribuidas a Covid19? ¿pueden reflejar varios fenómenos solapados? La intención de este informe no es sacar conclusiones sino animar al lector (que si ha llegado hasta aquí es porque tiene tiempo y motivación para hacerlo) a la investigación propia y colaborativa, tan necesaria en los tiempos que corren. Y mi manera de animar es compartir algunos de los hilos que voy encontrando en el camino de profundizar en la comprensión de lo que ocurre y de los fenómenos reales que reflejan las cifras presentadas. Actualmente estoy estudiando tres materias que aparentemente son tabú en los medios (y no son las únicas) pero que a pesar de ello, o quizás a causa de ello, parece que tienen mucho que decirnos. A continuación las presentaré sólo muy brevemente:


1- Impacto en la salud de las medidas de distanciamiento social y confinamiento

1.1 - Impacto físico: Por falta de luz solar, vitamina D, ejercicio, aire libre, oxigenación y/o contacto físico.

1.2 - Impacto noesiopático: Por miedo, stress, efecto nocebo, crispación, soledad, abandono, ruina económica, y todo tipo de efectos colaterales en la situación personal y/o familiar.

1.3 - Impacto de otras patologías no tratadas por miedo a salir

1.4 - Contención del agente patógeno

1.5 - Imposibilidad de generar inmunidad de rebaño

Los tres primeros puntos, al igual que todos los factores mencionados hasta ahora, son independientes de la veracidad de la teoría oficial de Covid19. En cambio, 1.4 y 1.5 dependen por completo de ella, pero en sentidos opuestos. Por ello desde el comienzo diversos investigadores han advertido que el confinamiento bien podría generar más daño que beneficio (enlaces 12 y 3).

En este pequeño avance me limitaré a aportar un elemento evaluativo bastante interesante: la comparación entre las zonas A y (tabla 3), que son similares ambientalmente en los aspectos considerados hasta ahora, pero precisamente difieren en la tendencia y severidad de las restricciones y medidas de confinamiento.  Mientras que más del 90% de la población total de la zona A ha estado sometida por un prolongado periodo de tiempo a un confinamiento domiciliario obligatorio (ya sea severo o moderado), en la zona B tenemos el caso contrario, con más del 99% de la población (la de todos los países de esta zona de estudio excepto Eslovenia) libre para moverse por el espacio público.

Los datos son contundentes: La mortalidad en el conjunto de la zona B es entre 5 y 6 veces menor. Si estudiamos detenidamente la tabla 3 podemos comprobar que no hay rastro de ese "aplanamiento de la curva" que teóricamente el confinamiento domiciliario debería producir, y todo apunta a que más bien sus efectos negativos exceden a sus supuestos –hipotéticos y no probados- efectos positivos.

Tabla 3. Mortalidad atribuida oficialmente a Covid 19, tiempo de evolución, severidad y prolongación de confinamiento domiciliario a 19-04-2020 en países de Europa occidental y central.

País
Mortalidad
(Muertes atribuidas/ 100.000 habitantes)
Tiempo de evolución (días desde primer caso detectado)
Días sin confinamiento domiciliario obligatorio
Días con confinamiento domiciliario obligatorio
Tipo de confinamiento domiciliario
Bélgica
47,42
74
42
32
Moderado
Andorra
45,48
48
21
27
Severo
España
44,48
54*
20
34
Severo
Italia**
39,22
78
38***
40
Severo
Francia****
29,61
85
53
32
Moderado
Holanda
21,08
52
52
0
No obligatorio
Suiza
16,01
54
54
0
No obligatorio
Suecia
15,14
78
78
0
No obligatorio
Luxemburgo
12,20
50
50
0
No obligatorio
Irlanda
11,89
49
28
21
Moderado
R. Checa
11,14
49
49
0
No obligatorio
Reino Unido
8,30
78
53
25
Moderado
Portugal
6,67
48
48*****
0
No obligatorio
Dinamarca
6,01
52
52
0
No obligatorio
Alemania
5,42
82
82
0
No obligatorio
Austria
5,06
54
54
0
No obligatorio
Eslovenia
3,36
45
16
29
Moderado
Noruega
3,06
53
53
0
No obligatorio
Islandia
2,66
51
51
0
No obligatorio
Liechtenstein
2,62
47
47
0
No obligatorio
Finlandia
1,62
53
53
0
No obligatorio
*Desde el primer caso en la Península.
**Incluye San Marino y Vaticano
***Durante 16 de estos días hubo confinamiento obligatorio en zonas del norte
****Incluye Mónaco
*****No obstante se tomaron medidas restrictivas desde fechas muy tempranas, apenas 11 días después del primer caso.
-Marcados en  amarillo los cuatro valores más altos para cada parámetro, y en verde los cuatro valores más bajos (o más en caso de igualdad).

Código de color por zonas:
A1                      A2                      B1                          B2               

-En todos los países con confinamiento obligatorio “Moderado” siempre ha podido, como mínimo, salir de casa para pasear o hacer deporte, con un número y naturaleza variable de normas y restricciones.
-En los tres países con confinamiento obligatorio “Severo” (Italia, Andorra y España) sólo se permitía salir estrictamente lo necesario para cubrir las necesidades vitales más básicas (alimentación y sanidad) de cada familia, siempre de forma individual y sólo adultos.
-En los países de confinamiento domiciliario “No obligatorio” no ha habido restricciones al movimiento de las personas por medios no motorizados. Sí las ha habido respecto a viajes y desplazamientos motorizados, y en algún caso se ha llegado a limitar el desplazamiento a través de límites municipales, como en la demarcación de Helsinki.





Los cinco países con mortalidad atribuida a Covid19 más alta de Europa y también del mundo en la fecha de recogida de datos se encuentran bajo confinamiento domiciliario obligatorio a nivel nacional, tres de ellos de tipo severo. Cuatro de ellos (Bélgica, España, Italia y Francia) son además los países del mundo que más días llevan evolucionando en tales circunstancias de falta de libertad, y también (dejando de lado los particulares casos de Eslovenia e Irlanda) los países de Europa que menos días han dejado pasar sin dar la orden de confinamiento domiciliario a nivel nacional desde el primer caso detectado, siendo entre ellos España el país que menos tiempo ha tardado (20 días) en dar dicha orden.

Repetimos: entre los cinco países del mundo con mayor mortalidad oficialmente atribuida a Covid 19 -con bastante diferencia respecto a los demás- se encuentran los cuatro países del mundo cuya población ha sufrido confinamiento domiciliario obligatorio por un periodo de tiempo más prolongado. También en este grupo de los cinco países con peores resultados de mortalidad del mundo se encuentran las tres naciones que han sufrido el confinamiento más severo de toda Europa (Italia, España y Andorra).

Cuando dos factores aparecen matemáticamente correlacionados, en este caso mortalidad atribuída a Covid 19 y tiempo de confinamiento, es inevitable plantearse si puede existir una relación de causalidad en una u otra dirección. Es decir, ¿estos países llevan más tiempo de confinamiento porque padecen una mayor mortalidad? ¿O acaso padecen una mayor mortalidad porque llevan más tiempo de confinamiento?

Desde el marco explicativo de la versión oficial de los hechos, basado casi exclusivamente en el factor 1.4, se argumenta que en España e Italia, los países con confinamiento más severo, se dio el caso de una propagación inicial especialmente rápida y virulenta, por lo que se vieron obligados a tomar medidas más radicales. No obstante y a pesar de dichas medidas, cinco semanas después presentan una mortalidad superior a sus países vecinos, con tiempos de evolución iguales o superiores. Por tanto de la teoría e interpretación oficiales se infiere que, si no se hubiera impuesto el confinamiento obligatorio hoy en día las cifras de mortalidad, ya de por sí altas ahora, serían fabulosas y nos estaríamos enfrentando a un escenario poco menos que apocalíptico… a pesar de que no se haya dado un caso ni remotamente parecido en los países relativamente cercanos de Europa Central y Escandinavia -e incluso algunos de Europa occidental- donde no se ha impuesto el confinamiento domiciliario obligatorio. Y no solamente no viven dicho escenario catastrófico, sino que presentan unas cifras mucho menores de mortalidad oficialmente atribuida a Covid19.

El caso de Bélgica se ha tratado de justificar por su elevada densidad de población. Sin embargo su vecina Holanda, con una densidad de población superior y sin confinamiento domiciliario, presenta una mortalidad casi entre 2 y 3 veces menor. Otros países templados con mayor densidad de población que Bélgica son Japón y Corea, que como vimos tienen una mortalidad dos órdenes de magnitud menor (también sin confinamiento).

En cuanto a los países de la zona A2 (Irlanda y Reino Unido), que aparentemente están en una situación más favorable que los de la A1, de nuevo nos muestran datos contraintuitivos a lo que cabría esperar desde el marco explicativo oficial: Irlanda, con un tiempo de evolución sin confinamiento obligatorio muy inferior al de Reino Unido (28 días contra 53), presenta una mortalidad mayor a la de su país vecino.

Finalmente no podemos dejar de atender el caso de Suecia, que resistiendo a la fuerte presión internacional y de la OMS, no sólo no ha confinado a la población en su domicilio, sino que se ha abstenido de aplicar cualquier tipo de norma restrictiva para la economía o la movilidad de sus ciudadanos. Su mortalidad dobla a la de Dinamarca y es cinco veces superior a la de Noruega (si bien hay que tener en cuenta que tiene 23 días más de evolución que sus países vecinos, y su modelo de "inmunidad de rebaño" supuestamente prevee más muertes al comienzo pero menos en la contabilidad final) pero tras 78 días de evolución en un contexto de plena libertad de movimiento para las personas y comercios, escuelas y restaurantes abiertos, no ha experimentado ninguna aceleración de la famosa "curva" en comparación con el resto de Europa, y desde luego no ha tenido lugar la temida hecatombe con la que nos aterrorizan para argumentar la necesidad del confinamiento. Desde el mensaje que nos transmiten los medios, Suecia debería ser considerado un país absolutamente irresponsable, y sin embargo no sólo no está viviendo ningún apocalipsis sino que además su mortalidad es 3 veces menor a la de España, con el confinamiento, según muchos, más severo de Europa.


Expresión gráfica del "Flattering the curve" que ha sido el leitmotiv de todas las políticas de confinamiento y distanciamiento social, por el momento sin ninguna prueba de tales medidas hayan producido el efecto esperado.



2. Paradigma médico global, paradigma diagnóstico específico de Covid19, y iatrogenia

Como ya he comentado antes, este amplio y complejo tema se abordará en otro post. Aquí me limitaré a adelantar los principales puntos que serán tratados, y a facilitar colaborativamente algunos enlaces para quien quiera profundizar o desarrollar investigación propia:

2.1 Inespecifidad de los test: los test PCR son a día de hoy la única prueba científica de la supuesta propagación del Sars-Cov2, y también la única prueba que relaciona este virus con cualquier cuadro de síntomas encontrado en un paciente. Dentro de este punto abordaremos:
-Explicación teórica del funcionamiento de las PCR y porqué se cuestiona su validez como método diagnóstico. Enlace provisional: vídeo del Doctor Ángel Gracia.
-Incongruencias estadísticas de los tests con respecto a la interpretación oficial de su significado. Enlace provisional: Portal Cínica Aeromédica (traducción del trabajo de compilación de datos de Swiss Propaganda Research)
-Pruebas empíricas concretas de de la inespecifidad de los test. Enlace provisional: Entrevista al Doctor César Carballo (a partir del minuto 0:40 del videodocumental).

2.2 Agrupación de distintas afecciones y patologías de diversa naturaleza bajo un mismo y erróneo diagnóstico: causada por la inespecifidad de los test y/o el exceso de atención a la presencia de un supuesto patógeno que, allí donde se han hecho muestreos significativos (IslandiaCorea del Sur o el crucero japonés Diamond Princess), se ha comprobado que sólo ha venido acompañado de síntomas en menos de la mitad de los casos positivos, complicaciones graves en menos de un 1% de los casos positivos, y una letalidad situada en el rango por mil. La aplicación no consciente de un mismo protocolo o tratamiento para patologías de diferente naturaleza es una fuente muy peligrosa de iatrogenia. Al final de este informe he incorporado un ANEXO (ver más abajo) sobre un asunto, en relación a este punto, poco conocido pero particularmente importante por su extrema gravedad.

2.3 Iatrogenia noesiopática: a causa del pánico, soledad y abandono generados por los protocolos de aislamiento de pacientes. A este respecto son excelentes también las explicaciones que da el Doctor Gracia.

2.4 Iatrogenia farmacológica: por la administración de medicamentos de alta toxicidad, como la hidroxicloroquina o los antiretrovirales, una quimioterapia que interfiere en los mecanismos de replicación celular deteriorando rápidamente la salud del paciente.

2.5 Iatrogenia por intubación prematura: puede ser una de las grandes claves clínicas para comprender la evolución de la pandemia. Ver ANEXO.

2.6 Iatrogenia farmacológica acumulada en años anteriores: diversos autores relacionan el boom vacunalista de la última década con un aumento en la incidencia de numerosas patologías, entre ellas la Covid19, específicamente relacionada con las vacunas antigripales de última generación, procedentes de experimentación de cultivos víricos con efectos recombinantes en células humanas y animales. En los últimos años este tipo de vacunas se han administrado en España al 55% de la población mayor de 65 años. El enlace más imprescindible en relación a esta materia continúa siendo otro vídeo que se ha hecho viral durante la presente e histórica crisis: la entrevista completa a la viróloga Judy Mikovits, con cuarenta años de experiencia en laboratorios de investigación en cultivos víricos y vacunológicos que trabajó personalmente para Anthony Fauci, el gran promotor de las directrices de la OMS sobre Covid19 en EEUU. Actualización: enlace a un nuevo y excelente video de la Dra. Mikovits.

La peligrosidad de la combinación de todos estos factores iatrogénicos en personas vulnerables como ancianos o enfermos crónicos es extrema y por tanto imprescindible de estudiar para profundizar en nuestra comprensión de esta crisis histórica y en particular de los patrones de distribución de mortalidad atribuida a Covid19.


3. Sesgo en la atribución de Covid19 como causa de muerte

En este mismo blog estamos recopilando evidencias de sesgos muy importantes en la atribución de Covid19 como causa de muerte, lo cual estaría inflando las cifras de mortalidad directamente atribuidas a la acción del patógeno Sars-Cov2. Sabemos que tanto en Alemania como en Italia, España y EEUU, y probablemente en muchos otros paises, se ha estado atribuyendo a Covid19 cualquier muerte de una persona que hubiera dado positivo en el test sin importar ni la presencia de otras patologías ni su estado de desarrollo, lo cual constituye un sesgo fabuloso y sin precedentes. Más aún si a esto le sumamos las evidencias de falta de especificidad del test. En el enlace al registro de sesgos en la atribución de Covid19 como causa de muerte, que intentaré actualizar cada 15 días, se encuentran disponibles información y referencias de diversa naturaleza al respecto.


* Datos mundiales sobre casos detectados y defunciones asociadas a covid-19 obtenidos en www.worldometers.info
* Datos actualizados sobre población mundial por países obtenidos en sport-histoire.fr

Autor del informe: Jon Ortega, biólogo

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ANEXO. COVID19 E INTUBACIONES PREMATURAS.


Una de las claves más importantes del contexto clínico y médico de la crisis puede proceder de la identificación, por parte de médicos de diferentes partes del mundo, de un síndrome hipóxico (baja concentración de oxígeno en sangre) que sin embargo no va acompañado de rasgos característicos de una neumonía viral como edema pulmonar, agotamiento de los músculos respiratorios, o desencadenamiento de Síndrome de Distress Respiratorio Agudo (ARDS), el fallo respiratorio para el que normalmente se emplean los respiradores artificiales por intubación traqueal. Aparentemente esto es debido a que el origen del problema no está en los pulmones sino en los capilares sanguíneos, afectando a la captación de oxígeno en el intersticio entre alveolos y capilares, de lo cual se deriva la neumonía intersticial bilateral que se ha dado típicamente en los pacientes graves de covid. Algunos pioneros en expresar públicamente estos hallazagos han sido el especialista en ARDS Dr. Luciano Gattinoni, de la Universidad de Gottingen, Dr. Cameron Kyle-Sidell de la Unidad de Cuidados Intensivos de Nueva York, y el Dr. Thomas Voshaar, del departamento de pulmonología del hospital de Moers, Alemania. Todos ellos coinciden en que la errónea aplicación de respiradores mecánicos en estos pacientes (según Gattinoni el 50% de todos los que ingresan en Cuidados Intensivos diagnosticados con Covid19) es contraproducente y muy peligrosa pues genera lesiones gravísimas en unos pulmones ya previamente dañados por exceso de presión respiratoria, y de hecho más del 80% de pacientes intubados en estas condiciones muere.

El tratamiento correcto en estos casos según estos especialistas sería la presión positiva continua en vías respiratorias (siglas CPAP en inglés) o la presión positiva de dos niveles en vías respiratorias (BIPAP), que se aplican con masacarilla y no precisan de respirador mecánico, ambos desaconsejados en los protocolos que se difundieron tempranamente en todo el mundo para tratar Covid19, pues partían de la información de la OMS y el diagnóstico por PCR de una neumonía viral, donde lo normal sería que la hipoxia severa se correspondiera a un ARDS en ciernes. La otra razón para desaconsejar CPAP y BIPAP fue un supuesto riesgo de contagio por aerosoles a través del aire, que posteriormente ha sido desmentido por la OMS. El resultado de estos protocolos ha sido la intubación prematura masiva en hospitales de todo el mundo, grave error que ha podido ser responsable de decenas de miles de muertes en pocas semanas debido a los graves problemas que genera la intubación traqueal (inflamación, trauma en vías respiratorias, lesiones graves por implosión pulmonar, y el riesgo de contraer la temida "neumonía aspirativa" que acaba cada año con la vida de cientos de miles de personas ingresadas por traumas y patologías de todo tipo), agravados por la aplicación sobre unos pulmones dañados por una respiración profunda continua debido a la hipoxia, en pacientes además especialmente vulnerables por avanzada edad y/o patologías crónicas.

Desde que Kyle-Sidell grabó su primer vídeo viral al salir de su UCI a finales de marzo, consternado ante "el grave peligro que corrían los pulmones de miles de personas a causa de un paradigma médico equivocado", a medida que transcurrían las semanas se fue extendiendo la conciencia acerca del problema de las intubaciones prematuras en la crisis Covid19, saliendo a la luz del gran público norteamericano en la revista Time el 9 de abril, y posteriormente en un vídeo The New York Times del 14 de abril. El día 23 de abril Reuters publica un buen artículo sobre el asunto dando crédito a Kyle-Sidell, Gattinoni y Voshaar. Finalmente en una fecha tan tardía como el 28 de abril, un medio español, eldiario.es, se hace eco tímidamente del asunto. Entre tanto, progresivamente a lo largo de este tiempo cada vez más médicos y hospitales han ido abandonando el protocolo de intubación prematura, pero el cambio ha sido gradual y a una velocidad muy desigual entre unos lugares y otros. Gattinoni explica que en algunas unidades de cuidados intensivos la mortalidad es del 5% y en otras es del 95%, y la clave para entender esta diferencia está en el tratamiento que se aplica.

Por desgracia, todo apunta a un daño iatrogénico irreparable para miles de personas durante varias semanas en muchos hospitales de todo el mundo, y posteriormente a una corrección gradual de los protocolos médicos relacionados con una interpretación errónea de la naturaleza de la enfermedad.

Información complementaria:

* El hecho de que el problema de la hipoxia aparentemente esté en la sangre y no en los pulmones resulta desconcertante para la comunidad científica, ya que desde la teoría oficial de Covid19 la enfermedad ha de tener un origen viral, pero sin embargo los eritrocitos no tienen mecanismos de replicación genética y por tanto en principio no interactúan con los virus. Se han propuesto diversas teorías para explicar el fenómeno, algunas de ellas tratando de relacionarlo con un origen viral, y otras que concluyen que la patología no tiene absolutamente nada que ver con ningún virus: Enlaces 12, 3, 4 y 5.

* Corea del Sur, con una mortalidad dos órdenes de magnitud menor a la de Europa Occidental, utilizó desde el comienzo CPAP y BIPAP para tratar a los pacientes de Covid19 que requirieron cuidados intensivos.

* La Unidad de Cuidados Intensivos bajo la supervisión de Thomas Voshaar, quien rechazó desde el principio la intubación traqueal para los pacientes Covid19, tiene un 97% de supervivencia. El único caso de 36 que falleció fue el único que fue intubado.

* 27 de abril, una enfermera de Nueva York denuncia que en algunos hospitales se está asesinando a los pacientes intubándolos a respiradores que destrozan sus pulmones, en lugar de utilizar las técnicas menos invasivas CPAP y BIPAP.









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