El asunto de la "letalidad"

Fuente de la imagen: https://www.vozpopuli.com/

Las informaciones que ha ido ofreciendo la OMS desde que declaró el estado de alarma global han sido determinantes tanto en el alarmante contenido de los noticiarios de muchos países, provocando el pánico general y el colapso de los hospitales, como en la implementación de durísimas medidas de confinamiento y aislamiento, especialmente para ancianos y personas vulnerables recluídos en residencias. De hecho, durante esta crisis la influencia de esta organización mundial se ha dejado sentir a todos los niveles y en todo el mundo con más fuerza que nunca, por ejemplo en el que momento en el que la directora ejecutiva de Youtube anunció que serían eliminados todos los videos que contradijeran las pautas de la OMS sobre el coronavirus.

A lo largo del mes de febrero de 2020 se fue escalando la alarma global hasta llegar a su cénit a primeros de marzo, a partir del momento en que la OMS ofrece a los titulares de los medios de todo el mundo el dato de que la nueva epidemia infectocontagiosa Covid19 tiene una letalidad del 3,4%, advirtiendo que era "superior a las estimaciones previas del 2%". Cifras exorbitantes y retransmitidas sin pestañear por todos los medios, a pesar de que cualquier epidemiólogo sabía que la letalidad real debía ser por fuerza menor dado que el dato procedía del total de casos registrados, por tanto ignorando todos los casos llamados "asintomáticos" o de síntomas leves que no hubieran sido detectados. Un mes después, el director general de la OMS Tedros Adhanom Ghebreyesus ofrecía un mensaje más preciso y algo más moderado: "El nuevo coronavirus es 10 veces más letal que la gripe" (lo cual significaría una tasa de entre el 1% y el 1,5%).

Sin embargo, ya desde las primeras semanas de marzo investigadores de diversas partes del mundo advirtieron que las cifras de la OMS no estaban correctamente fundamentadas, y subestimaban al menos en un orden de magnitud el número de casos positivos asintomáticos o con síntomas leves o muy leves. La letalidad por tanto debía ser mucho menor, como explicaron por ejemplo el eminente virólogo italiano Giulio Tarro, o los profesores John P.A. Ioannidis, Eran Bendavid y Jay Battacharya de la Universidad de Standford. 

¿Hasta qué punto eran erróneas las cifras de la OMS? Algo más de dos meses después, revisamos a continuación algunos de los datos más concretos que hemos podido recopilar sobre el asunto.

1. Los datos de letalidad sobre muestreos amplios y significativos


Los test PCR empleados oficialmente para diagnosticar infección por Sars-Cov2 son caros, y debido a ello en casi todo el mundo se han aplicado a un porcentaje pequeño de la población, según diversos criterios y casos. En general y de forma universal la cobertura de testaje en personas con síntomas gripales y otras patologías ha sido muy superior a la de personas sanas, sin síntomas o incluso con síntomas leves.

Sin embargo en diversos casos se han muestreado ampliamente comunidades y grupos de población con independencia de su estado de salud (por ejemplo, el personal sanitario de la mayoría de los países desarrollados, la tripulación y pasajeros del gran crucero Diamond Princess, o la tripulación del portaaviones americano Theodore Roosvelt), y en unos pocos países se ha llegado a testar a un porcentaje significativo de la población (Islandia, Corea del Sur, Dinamarca, Alemania). Gracias a ello sabemos que al menos el 50% de los casos positivos son completamente asintomáticos (incluso el 80% según un estudio chino o los datos de la India), y entre los restantes la gran mayoría presenta sólo síntomas leves o muy leves. Por tanto, sólo en los sectores o comunidades donde ha habido un amplio muestreo con independencia del estado de salud pueden realizarse estudios sobre “letalidad del virus”.1 Veamos algunos casos.

Comencemos con el grupo de población mejor estudiado en países desarrollados, que es el del personal sanitario (médicos, enfermeros y auxiliares).

Casos positivos y muertes entre el personal sanitario de Francia, Italia y España
País
Fecha de los datos
Positivos*
Muertes*
“Letalidad”
Enlace
España
18-05-2020
51.090
76
0,15%
Francia
17-05-2020
28.050
14
0,05%
Italia
28-04-2020
20.797
72
0,35%
Totales
99.937
162
0,16%

*Datos basados en PCR.

Entre los sanitarios se encuentran bien representados todos los grupos de edad entre los 25 y los 70 años, y en menor medida también casos de más edad, con un grupo predominante de entre 40 y 60 años. En el caso de los sanitarios españoles hay una divergencia notable entre las cifras de decesos declaradas por Sanidad y las que denuncian algunos medios de prensa (de 35 a 76), pero aún tomando el peor de los casos la “letalidad” no supera el 0,15% dentro de este grupo de población ampliamente muestreado, una tasa muy similar a la que usualmente se estima para la gripe común. En el caso análogo de Francia la tasa registrada es menor (0,05%) y en el caso de Italia mayor (0,35%), pero en todo caso los números no se alejan de los de la gripe estacional de cada año.

Veamos ahora que ocurre en muestreos significativos dentro de grupos de población mayoritariamente joven:

Grupo
Testados
Positivos
% Positivos
Muertes
“Letalidad”
Enlace
Ciudadanos griegos repatriados a su país durante el mes de marzo de 2020
783
40
5,11%
0
0%
Tripulación del portaaviones norteamericano Theodore Roosvelt (seguimiento entre 23 de marzo y 10 de mayo)
4500
1156
25,69%
1
0,09%
Tripulación del portaaviones francés Charles De Gaulle (seguimiento entre 24 de marzo y 23 de abril)
2300
1046
45,48%
0
0%
Totales
7583
2242
29,57%
1
0,04%


En estos tres casos donde están representados un amplio rango de edad pero con claro predominio de jóvenes encontramos una “letalidad” similar a la de la gripe común para un rango de edad entre 20 y 40 años, es decir dentro del rango por diez mil.

A continuación, los números de un muestreo casi completo en un grupo mayoritariamente anciano (cerca del 80% con una edad superior a 60 años), el crucero británico Diamond Princess:


Grupo
Testados
Positivos
% Positivos
Muertes
“Letalidad”
Enlace
Pasajeros y tripulación del crucero Diamond Princess, a 18 de feb de 2020
3711
712
19,19%
10
1,40%




En este caso la “letalidad” sube hasta el 1,40%, elevada pero dentro del rango de una temporada severa de gripe para el grupo de edad de mayores de 65 (que es casi diez veces superior al global). En todo caso, muy lejos de las estimaciones de letalidad que presentó la OMS.

Por último cabe mencionar el caso de Islandia, con bastante diferencia el país en que mayor porcentaje de la población ha sido testada por PCR –cerca del 10%- y por tanto el mejor estudiado. Con todo, es inevitable que los casos “asintomáticos” y “sintomáticos leves” estén infrarrepresentados respecto a los sintomáticos severos y por tanto la “letalidad” resultante de estos datos es superior a la real, aunque con un sesgo mucho menor que el del resto de países. A 1 de junio de 2020 Islandia registra un total de 10 muertes sobre 1806 casos positivos, con una “letalidad” por tanto del 0,55%, cifra por fuerza superior a la real pero que, por las razones que acabamos de exponer, se acerca mucho más que las de otros países a las cifras sobre grupos de población con muestreo amplio, y por sí misma desacredita las informaciones sobre la letalidad del virus transmitidas por la OMS en diferentes momentos de la crisis.

Conclusiones:

Si asumimos que los test PCR (en los que se basa enteramente y de cabo a rabo el relato mediático e institucional sobre Covid19) son fiables, entonces Sars-Cov2 no es más letal ni peligroso que una gripe común. Por tanto, para comprender el exceso de mortalidad detectado en algunos países para el grupo de población de más de 65 años, se hace necesario investigar otros factores y causas.

Notas:

1 De ahora en adelante la palabra "letalidad" será refererida entre comillas ya que todas las estimaciones se realizan partiendo del número de fallecidos oficialmente por Covid19, cifra que adolece de una acumulación de factores de sesgo sistemático, comenzando por uno básico: El test PCR, en el mejor de los casos y dando por válidos los términos en los que se han establecido los protocolos (respecto a los cuales como veremos también hay muy fundamentadas dudas) únicamente detecta la presencia de un fragmento de ARN que presuntamente pertenece al presunto virus Sars-Cov2, pero nunca que este sea el causante de síntomas observados y mucho menos de la muerte del individuo. A pesar de ello, en muchos de los principales países afectados ha generalizado la irregular cuando menos irregular de atribuir la causa de muerte a Covid19 a cualquier paciente que hubiera dado positivo en el test, con independencia del cuadro clínico observado, y en muchos casos incluso sin tener una prueba positiva del test (enlaces 1, 2, 3, y 4).

2. Letalidad inferida en base a estudios de seroprevalencia


Los estudios de seroprevalencia calculan, a partir de test de anticuerpos o antígenos en sangre sobre una muestra al azar, el porcentaje de la población que en algún momento ha portado, supuestamente, el Sars-Cov2, dato que se contrasta con la mortalidad de la región para inferir la letalidad del virus. Se trata por tanto de un tipo evidencia más indirecto que el anterior, y por tanto secundario en importancia desde mi punto de vista, aunque no por ello debieramos pasarlo por alto.

En un artículo publicado el 13 de mayo, el equipo del profesor John P.A. Ioannidis de la Universidad de Stanford recopila información de 12 estudios de seroprevalencia publicados hasta esa fecha en diferentes partes del mundo, con los siguientes resultados:

Grupo muestreado
Fecha
Casos estimados
Muertes*
"Letalidad"
Población de la provincia de Gilan, Irán
23-4-20
770.000
617
0,08%
Población de Boise, Idaho
4-24-20
7023
14
0,20%
Población de Ginebra, Suiza
30-4-20
48500
243
0,50%
Población de Kobe, Japón
15-4-20
40999
10
0,02%
Donantes de sangre de Dinamarca (representando al grupo de población de menos de 70 años)
21-4-20
64600
53
0,08%
Población de Oise, Francia
7-4-20
1548000
635
0,04%
Población de Wuhan, China
2-5-20
1108000
3869
0,35%
Donantes de sangre de Holanda (representando al grupo de población de menos de 70 años)
15-4-20
371119
344
0,09%
Población de Gangelt, Alemania
15-4-20
2519
7
0,28%
Población de Río Grande do Sul, Brasil
30-4-20
35153
50
0,14%
Donantes de sangre de Escocia
1-4-20
64800
47
0,07%
Población de Santa Clara (California)
22-4-20
51000
94
0,18%
*muertes reportadas hasta la fecha del estudio en la correspondiente población o grupo de población.


Las tasas de mortalidad inferidas en estos 12 estudios variaban entre un 0,03% y un 0,5%, y según el equipo de Ioannidis tras un calibraje en función de los tipos de test empleados las tasas serían aún algo menores, entre el 0,02% y el 0,4%. En todos los casos y regiones se reportaba un número estimado de casos no detectados (probablemente asintomáticos o sintomáticos leves) muy superior al esperado.

Dejando de lado los datos de los donantes de sangre de Holanda y Dinamarca, que sólo representan a la población menor de 70 años, si sumamos el resto de casos regionales estimados por seroprevalencia y lo contrastamos con el número de muertes del conjunto de estas regiones, obtenemos una "letalidad" del 0,15%, similar a la que encontamos en los grupos de población ampliamente muestreados con PCR.

Conclusiones:

De nuevo los estudios de seroprevalencia  indican, siempre que sean fiables los test de anticuerpos y antígenos, que las cifras de letalidad aportadas por la OMS, tanto las desorbitadas y desontextualizadas que anunció en marzo como las más moderadas y precisas que ofreció en abril, son incorrectas y sobreestimadas.

3. Otros factores


Para finalizar, no podemos dejar de tener en cuenta 3 factores que, como mínimo, implican que incluso estas reducidas tasas de "letalidad" obtenidas tanto por muestreos amplios de PCR en grupos de población como en los estudios de seroprevalencia siguen estando sobreestimadas.

1-El factor iatrogénico: al hecho innegable y corroborable por cualquier médico (ver, por ejemplo, las declaraciones del Doctor César Carballo del Hospital Ramón y Cajal a partir del minuto 19.20' de esta entrevista) de que los hospitales colapsados son una fuente grave de iatrogenia y mortalidad, hemos de sumar las graves denuncias y advertencias de protocolos catastróficamente erróneos por parte de numerosos médicos y enfermeros en todo el mundo (enlaces 1, 2, 3, 4 y 5) ). En estas circunstancias es muy difícil defender que el factor iatrogénico no ha incidido en las cifras de mortalidad, y por tanto en todas las tasas de "letalidad" inferidas directa o indirectamente de aquellas, como las que hemos visto en este informe.

2-El sesgo sistemático en la atribución de muerte a Covid19: Como ya se ha comentado antes, las cifras de muertes atribuidas a Covid19 adolecen de una acumulación grave de sesgos sistemáticos. Dr. John Lee (Reino Unido) explica que la práctica de atribuir causa de muerte al Sars-Cov2 en la manera que se está haciendo, simplemente por haber dado positivo en el test y con independencia de las comorbilidades, no tiene precedentes y jamás se había hecho algo así con la gripe u otras enfermedades infectocontagiosas. Además, toda la atención se ha puesto en detectar un único virus, como si fuera el único que existiese, y ni siquiera se ha comprobado la presencia de otros a pesar de que la fase creciente de la crisis transcurrió en temporada gripal en el hemisferio norte. Los testimonios claros e inequívocos de irregularidades graves en la atribución a Covid19 como causa de muerte son muy abundantes, como la declaración de los Drs Dan Erikson y Art Mahisi en California, que explican además como ellos y otros médicos de EEUU están siendo presionados para asignar Covid19 como causa de muerte (a partir del minuro 30' del video), la Dra. Ngozi Ezike en Illinois, el Dr. y senador Jensen de Minnesota, Rudi Anschober y Bernhard Bendka del Ministerio de Salud de Austria, o el presidente del Instituto Robert Koch en Alemania entre muchos otros. Tampoco faltan indicios claros en Italia o España. En tales circunstancias no podemos defender que este factor no haya incidido positivamente tanto en las cifras de mortalidad como en las de letalidad.

3-Los efectos del terror y el aislamiento: Las consecuencias del miedo, la soledad, el abandono y el aislamiento en la inmunidad y las condiciones generales de salud en personas vulnerables de avanzada edad (más del 99% de los fallecidos en Italia presentaba otras comorbilidades o patologías graves previas, y la edad media de muerte en todos los países principalmente afectados es superior a los 80 años) en las excepcionales situaciones que bajo el pánico colectivo se han dado tanto en los hospitales colapsados como en las residencias de ancianos, son tan evidentes (ver, por ejemplo, las explicaciones del Dr. Bruce Lipton, o el Dr. Angel Gracia) que cuesta creer que no se tengan en cuenta como factor de incidencia en las cifras de mortalidad o letalidad.

Por último, debemos también advertir de un cuarto factor que podría incluso hacer de todo lo comentado aquí y en los diversos medios y revistas científicas un baile de cifras sin sentido en torno a un gran y catastrófico espejismo: el problema de la validez de los test PCR. Todo el relato al que estamos acostumbrados acerca del origen y la propagación del nuevo coronavirus se basa en los PCR. ¿Hasta que punto son realmente una prueba confiable para diagnosticar específicamente una infección por el presunto virus protagonista de toda esta historia? Dudas más que razonables hay, y muchas. Pero este, amigos, es un tema que da para otro informe, que gracias a la colaboración y los esfuerzos sinérgicos de muchas personas espero publicar pronto. De momento dejo aquí, como enlace provisional sobre la materia, una excelente presentación del Dr. Andrew Kaufman.

Y esto es todo por hoy, que no es poco. Gracias a todos por vuestras aportaciones y comentarios, entre todos vamos haciendo posible un espacio muy necesario de reflexión colectiva, diálogo abierto e investigación colaborativa.

Jon Ortega, biólogo



 




Comentarios

  1. Muy bien argumentado. Así da gusto ser informado. Excelente trabajo!

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  2. Muy buen trabajo! Para aportar algo al 4° punto sobre el test PCR, dejo este video muy conciso en donde se muestra cómo funciona el dudoso test y además introduce una idea de la nueva biología sobre si hablamos de Virus o Exosomas. Esto cuadra con la concepción de que los microorganismos (virus, bacterias, hongos, etc.) son consecuencia de las "enfermedades" y no su causa.... "Aparecen" en los organismos desequilibrados para "limpiar" el terreno interno, es en ese momento que "los cazadores de microbios" los detectan con sus microscopios..y se nos diagnostica como "infectados". Sin embargo ya es hora de que caiga el paradigma obsoleto de la Teoría Microbiana del Contagio de las Enfermedades Infecciosas. Una teoría que nació fraudulenta pero que sirvió para edificar el siniestro edificio de la industria farmacéutica. El falsario de Pasteur tergiversó las investigaciones de su maestro Antoine Bechamp imponiendo este dogma lucrativo que nos engañó durante más de 150 años y que hoy como corolario nos ha puesto la rodilla en la garganta a miles de millones de habitantes del planeta. Son necesarias muchísimas voces y participación ciudadana junto a los científicos honestos y a los médicos que quieran hacer honor al juramento hipocrático para revertir esta monstruosidad, sino queremos que se haga realidad un futuro distópico e inhumano.

    VIDEO: VIRUS VS. EXOSOMAS (DURACIÓN: 10.18 min.)
    https://www.youtube.com/watch?v=FFPkV4KwARE

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